Nietzsche. Humanidad. Matarratas. Christopher McCandless
Nietzsche escribió sobre el superhombre. Aquel superior a los humanos, más fuerte que ellos, con la sabiduría de todos, pero con la inocencia del niño.
Este está cansado de los seres humanos. Y normal.
Yo estoy cansada de los seres humanos. Aquellos que sólo se les llaman seres porque realizan las funciones básicas, humanos sin humanidad. Porque la humanidad es difícil de conseguir. No sé quién fue el listillo que le puso nombre, pero se lució bastante. Hay animales con más humanidad que humanos. Y humanos que son animales. ¿En qué ser tan repugnante nos hemos convertido? Yo estuve a punto de desaparecer de este asqueroso mundo mental, lleno de guerras con sangre y garras psicológicas. En cada esquina se encuentra un mal provocado por nosotros. Si fuese extraterrestre, tendría bien claro cuál no sería mi sitio de vacaciones.
Mucha gente se dedica a calcular el fin del mundo. No aquel fin del mundo que marca la llegada de Dios y el apocalipsis, no; ese fin del mundo que estamos creando nosotros, como si fuese nuestra maqueta preferida.
He conocido gente que tira las cosas al suelo, y lo justifica diciendo "si vamos a morir igualmente", gente que sólo da bien por dinero, justificándolo con un "y qué quieres, ¿que esté en la miseria sólo por ayudar?", gente que defiende algo sin saber, gente que se cree que maltratando psicológicamente a las personas, ayuda de verdad. Y DE VERDAD QUE SE LO CREE.
He intentando miles de veces cambiar a la gente. Lo he conseguido en un 5%.
Y creo que no voy a poder conseguir un porcentaje más alto, porque la gente sólo ve su lógica como LA lógica. Y si no, se la suda todo.
Cuánta gente habría que exterminar como a las ratas, con un simple veneno, porque no se merecen más. A otros habría que provocarles algo más efectivo que el lavado de cerebro en La naranja mecánica, pero algo así. Y dejar que otros cuantos se pudriesen en la miseria. En aquella miseria ficticia para ellos. Porque la miseria, no es estar en bancarrota. A ver, tipos de miserias hay muchas, no me malentendáis. Pero la verdadera miseria mierdera es aquella en la que uno no sabe que está hasta que se lo dicen. Es esa miseria de alma, cuando ya no te queda, cuando no tienes humanidad, ni amigos, ni gente en la que puedas confiar, ni confianza en uno mismo. Esa es la verdadera miseria.
Tal y como decía Alenxander Supertramp en Into the wild: "La felicidad solo es real cuando se comparte."
Pero no somos Dios, quién sabe si en otro mundo seamos algo parecido, como sugieren miles de pelis, entre ellas 2001: Odisea en el espacio. Pero ahora no. Por suerte, gracias a nuestra maldita corporalidad, aún podemos disfrutar de la naturaleza que todavía no hemos destruido, e incluso, INCLUSO, salvarla. Seamos soñadores. Es de las mejores cosas de la imaginación. Demos gracias a esas personas con humanidad, esas pocas, pero que aún quedan. Y juntémonos con ellas, porque por mucha alegría y paz que queramos buscar nosotros solos, no la tendremos en plenitud si no es con alguien. Como en Into the wild, la vida es un viaje, un viaje duro para la búsqueda de personas que pueden llamarse naturaleza.
"Mi hogar... ES EL CAMINO."
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